sábado, 18 de agosto de 2018

Escribir de mi madre



Escribir de mi madre es evocar con dicha sus besos de mañana que daba para despertarme, los desayunos que me esperaban en la mesa de la cocina, los poemas que declamaba en el mejor momento. Escribir de mi madre es tatuarme recuerdos y conmemorarlos en el papel, recuerdos de ella, recuerdos míos, recuerdos de los dos, que con alegría o nostalgia escribo por mi madre.

Escribir sobre mi madre es diferente a escribir cualquier otra cosa, cuando escribo un cuento llevo un orden específico de cómo deben ir las cosas, pero a la hora de escribir a mi madre el orden desaparece y lo único que queda es sentarte a recordarla mientras las palabras brotan una a una, no hay “promesa básica” o “discurso” o bases que me digan cómo escribirle, escribo de mi madre sólo porque es mi madre, nada más.

Escribir sobre mi madre es pagarle por sus enseñanzas, es remunerar el que me haya enseñado a leer, el tiempo incalculable que ha invertido en llenarme de nuevos conocimientos, darme consejos, todo sin esperar recibir nada a cambio, al escribir de mi madre creo una imagen de la maravillosa mujer que me ha dado la vida, albergo en una hoja quien me tuvo en su cuerpo, trazo con tinta a quien dibujó en mí mis huesos, mis facciones, mi piel, mi ser.

Escribir de mi madre es relatar una historia de esfuerzo y capacidad, contarle a mi madre su vida y decirle sobre todo, gracias, gracias madre por todo, por dejar atrás tu ciudad día con día, por abandonar horas de sueño en las noches más pesadas, por darme tu saber cada que lo quería y cuando lo necesitaba, por abrigarme con tu amor en los momentos de tormenta, gracias madre, simplemente por ser tú.

Trabajo redactado por:
Hno. Miguel Sunyol López

12 de Mayo de 2018

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