sábado, 18 de agosto de 2018

Pros y contras del sistema de salud en México


“La salud no se valora hasta que llega la enfermedad”. -Thomas Fuller.

En esta investigación le doy acercamiento tanto al sector público como privado de la salud en México.

Déjenme ilustrarlos con una metáfora de lo que es un sistema de salud. Imaginen un puente colgante en pésimas condiciones; estrecho, hecho de madera y de listones que se balancea con el viento, un puente peligroso. Imaginen ahora que hay 100 personas que tienen que cruzar ese puente de ida y vuelta para ir al trabajo. ¿Qué creen que les ocurrirá a muchas de esas personas? Acabarán cayéndose del puente, heridas o algunas terminarán muertas. Ante esto podemos hacer dos cosas: o bien enviar ambulancias todos los días para llevar a los heridos al hospital (lo que se conoce como medicina de asistencia) o bien podemos cambiar el puente para hacerlo seguro, ponerle vallas, ampliarlo y evitar que la gente se caiga. Esto se conoce como prevención de la enfermedad, y en términos generales “salud pública”; esto es un ejemplo un poco extremo, pero también ocurre en cosas de la vida diaria.

Por ejemplo, la contaminación ambiental genera muchas enfermedades de tipo respiratorio, pero pueden prevenirse si fomentamos las energías renovables, el transporte público o ejecutamos leyes anti contaminación; lo mismo ocurre con las enfermedades que se derivan del estilo de vida, por ejemplo: de la mala alimentación, el tabaco y el alcohol. Esto se podría evitar mediante campañas de educación, restricciones a la publicidad y la modificación de los precios de estos productos.

Otro ejemplo exitoso son los accidentes de tráfico que se han reducido mucho en parte gracias a campañas como la obligatoriedad del cinturón de seguridad, los controles de alcoholemia y la mejora en la seguridad de las carreteras y vehículos.

Ahora vamos con las enfermedades infecciosas, que se han reducido muchísimo gracias a avances como la vacunación o las mejoras en saneamiento e higiene; después de todo esto puede que se sigan preguntando: ¿Qué hace un profesional de la salud pública en su día a día? Entre sus muchas funciones destaca la investigación y los problemas de salud de la población, conocer sus causas, vigilarlos, controlarlos y poder llevar a cabo acciones para proteger la salud.

Para prevenir las enfermedades y promocionar el bienestar de la salud evidentemente hace falta mucha gente, trabajo en equipo y en la salud pública participan no sólo profesionales sanitarios, sino también de la economía del derecho, de las ciencias sociales, de las matemáticas, de la política y la ciudadanía es por eso que la definición de salud pública es: “el esfuerzo colectivo de toda la sociedad para prevenir las enfermedades y promover la salud”. Así que ya saben, cada vez que vean una campaña de fomento del transporte público, una señal de tráfico, un cartel de prohibido fumar, una vacuna o un puente muy seguro, sepan que es gracias a la salud pública.

En la conformación del sistema de salud mexicano tenemos beneficiarios: Los trabajadores asalariados, los jubilados y sus familias; los auto empleados, trabajadores informales y desempleados y por último la población con capacidad de pago. Estas personas están financiadas por contribuciones gubernamentales, contribuciones del empleador y de los empleados.

Lo que cabe dentro de la estructura y cobertura se divide en el sector público y privado. En el sector público se encuentran organizaciones como IMSS, ISSSTE, PEMEX, SEDENA, SEMAR, SSa, SESA, IMSS-O, SPS. En el sector privado están los consultorios, clínica y hospitales privados.

Ya especificando dentro del sistema se tiene que hablar de ciertos conceptos, como “necesidad de salud”. En México las instituciones públicas siguen siendo la principal vía de provisión de servicios de atención médica. Y como ya había mencionado en un trabajo anterior, se tratan enfermedades crónico-degenerativas y latentes; de entre las muchas caben destacar la Obesidad, Diabetes mellitus tipo 2, cardiopatías isquémicas, arterioesclerosis, y la lista sigue...

Estar en un hospital en México a veces es como encarnar una pesadilla, y es que no basta con enfrentar el dolor y la emergencia de la enfermedad sino también hay que tolerar la burocracia y la lentitud en el servicio, como ya antes lo hemos debatido. La gente literalmente espera resultados en el suelo del hospital o afuera o donde caigan rendidos de ultima instancia. A veces la gente ni siquiera es registrada para ser atendida si existe alguna falla técnica en los ordenadores. Y los empleados aceptan estas deficiencias fácilmente, pero no se corrigen.

Otra de las deficiencias sería el maltrato y la prepotencia, no solo de recepcionistas, sino de los mismos médicos. Lo cual se me hace una reverenda tontería, ya que al convertirse en médicos se hace el juramento Hipocrático, en el cual menciona: “Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa según mis facultades y a mi entender, evitando todo mal y toda injusticia.” Y ver que algunos hacen todo lo contrario me enferma desde lo profundo de mi ser.

Yo como futuro médico me gustaría defender como la gente ve el sistema de salud en el país, pero lamentablemente hasta los mismos médicos de planta y las enfermeras de hospitales del seguro se quejan de lo poco que pueden ayudar y de las pésimas condiciones en las que trabajan, a veces hay inventario tan obsoleto que ya no se puede utilizar y solo está estorbando dentro del hospital. El sector privado parece ya ser la única salvación para no perecer con la muerte en el peor de los casos; ya solo queda que uno mismo ahorre y pague por su propia salud, esperando no poner un pie de nuevo y esperar todo el día dentro de un hospital del seguro.

Trabajo redactado por:
Hno. Ignacio Morales Calzada

29 de Abril de 2018

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